Proyecto fotográfico
"2013"
"2013"
El año 2013 ha sido sentenciado a muerte sin haber nacido. Creo que en cierto modo tienen razón quienes tratan de atemorizar con la idea del fin. Sí, es quizá el momento del fin para la instrumentalización de la razón que nos ha llevado al extremo de poner lo material por encima de lo humano. Es hora quizá de echar una mirada a otras opciones como lo sensible; el espíritu del mundo lo exige a través de la fuerza de lo vital que emerge por las fisuras de un mundo mercantilista que se craquela.
Estos momentos de transición requieren de espíritus capaces de descubrir esta vida que germina. El arte (con minúsculas, sin pretensiones mercantilistas), en momentos como estos, surge como actividad concienciadora, por su capacidad de leer entre líneas lo que se esconde en un bosque más que de palabras, de imágenes seductoras. La fotografía es una herramienta que ayuda a reinventar el imaginario del mundo.
La fotografía, lejos de ser una herramienta objetiva, como cualquier otra manifestación artística, responde a condicionamientos subjetivos; aún antes de la era digital ya se consideraba que la fotografía era objeto de manipulación y de la proyección supeditada a leyes de poder, seducción y engaño. Desde la selección misma del objeto hasta su encuadre, angulación, filtraje e iluminación, se denota una acción arbitraria para una finalidad específica. El foto-montaje altera la imagen fotográfica y con ello la información, para mostrar realidades tergiversadas.
Mi trabajo fotográfico alude a la manipulación que afecta el contexto. Busco indagar sobre el entorno como plataforma cultural donde la imagen adquiere sentido; es también un llamado a la reflexión de que algo está pasando con la imagen en esta era digital en la que los medios se erigen como aparato tecnológico que construye la realidad.
En las doce fotografías que conforman este calendario, las ruinas de casas en buen estado que, irónicamente, han sido derrumbadas para construirle un templo al saber, están ocupadas, también irónicamente, por habitantes de la calle.